jueves, 18 de noviembre de 2010

Toy Story 3

Con motivo de la aparición en DVD de esta película, hago mi crítica sobre la misma:

Correr, crecer y jugar

Confieso que acudí a ver Toy Story 3 sin hacerme demasiadas ilusiones… me esperaba un déjà vu cinematográfico, un simpático resumen de las dos versiones fílmicas anteriores. ¡Vaya sorpresa! La película es un relato totalmente nuevo que, si bien reúne a los personajes favoritos de la serie como Woody el vaquero, Buzz el astronauta, Slinky el perro, Hamm el puerquito y Rex el dinosaurio por nombrar algunos, ha avanzado en el tiempo y el espacio. Y es que el dueño de estos juguetes ya no es un niño; es un adolescente que empaca para irse a la universidad.

Empieza el dilema… ¿cuál será la suerte de esos juguetes que llevan ya años inmóviles en un baúl, sin que nadie los saque para jugar con ellos? La madre de Andy lo urge a elegir el destino de sus antiguos compañeros de juegos: la basura, el ático o… la universidad. La trama se complica y los juguetes terminan siendo donados por equivocación a una guardería de niños tan angelicales como rudos.

Los cineastas saben que las terceras partes no son pieza fácil;  la conclusión de una saga rara vez nos deja satisfechos. Pero aquí, el bien logrado guión de Michael Arndt (Pequeña Miss Sunshine) aporta complejidad dramática  a la par de frescura y creatividad. El mundo de la guardería a donde van a parar Woody y sus amigos compite con las mejores tramas de Prision Break. Y así como lo hizo con la oscareada Up, Pixar dota a sus personajes de una humanidad y profundidad que resulta inusitada para el género de dibujos animados –y que aquí encarnan desde el complejo oso de peluche Lotso, patriarca de la guardería, hasta el nostálgico payaso Chuckles. Los puntadones abundan y presenciamos el primer encuentro entre Barbie y Ken, cómo Buzz se pone flamenco (literalmente) y las diferentes personalidades gastronómicas que puede adquirir el señor Cara de Papa. 

El uso sutil del 3D así como innovaciones técnicas en cuanto a planos y tomas hacen que sea un filme muy atractivo visualmente; pero no cabe duda, el corazón de la película está en otros aspectos. 

Toy Story 3 reúne emociones de thriller, de comedia, de aventura romántica y del lado oscuro de la juguetería. Pero también toca valores como el perdón, la unión, la lealtad… la cuestión de la permanencia en un mundo desechable. Es en suma, una verdadera joya de película que divierte, entretiene y conmueve; y que nos recuerda que, en el juego y la imaginación, está la fuente de la eterna juventud.

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